Que mejor forma de empezar este repor del clásico del mes de octubre , usando tan bello título del genial Fernán Gómez, . Sin duda que si las bicicletas son para el verano , los clásicos son para disfrutarlos da igual que haga frío o calor , que sea cabrio o no o incluso que tenga calefacción o carezca de ella , un clásico es un pedacito de historia hecho para deleite del que conduce y del que disfruta viéndolo por la carretera .

Creo que fue en marzo cuando Antonio me mando las fotos de su nueva adquisición, » mira que le voy a regalar a mi padre ahora que se jubila »

Un Florida : respondí , un caravelle me corrigió ,reconozco que siempre me costó diferenciar el Florida y el caravelle y es que muy pocas son las diferencias de estos simpáticos cabríos de la marca del rombo .

A simple vista un Dauphine de líneas suaves y cabrio , pues era en el coche en el que se basaba , es más ,puede recordar a un 850 Spider o un karman de wolskwagen, la realidad es que este bonito descapotable es difícil verlo por las carreteras españolas , su mercado era el americano mayoritariamente.

Nació  a mediados de los 60 con esa intención , supongo que para hacer sombra al alemán .Sea cual fuere la estrategia de la marca os cuento la estrategia y el objetivo del que lo compró.

Marzo lluvioso, cumpleaños de D.Antonio Jose Cruz Medina , un hijo agradecido por todos los esfuerzos que su padre ha hecho a lo largo de su vida y un regalo que jamás , Antonio padre podía imaginar , un bote de aditivo del plomo y dos calles más atrás un Caravelle , coche que tuvo Don Antonio tiempo atrás en blanco , buenos coches , que tuvo dos .Las obligaciones hicieron que Antonio senior tuviera que deshacerse con pena de sus Caravelles y Junior , prometió un día que su padre volviera a sentir el placer de conducirlo y así fue décadas más tarde , Antonio hijo cumplió su promesa .

Nuestro protagonista vino sin problema desde tierras Cántabras hasta Madrid, su motor de algo más de un litro de cubicaje mueve al pequeño Renault sin miedo a pasar los límites de velocidad. Su silueta es fina y su aspecto casi perfecto para la edad que tiene .

El interior bien conservado es una obra de elegancia con su precioso volante de madera .

La conducción es rabiosa propia de un carburación pero el puesto de conducción no está pensado para un conductor de algo más de uno ochenta, apenas podía moverme con comodidad , quedando la posición del volante muy baja .

Un maletero más que generoso en la parte delantera del coche y sus cuatro plazas , hacen de este clásico un interesante coche para el día a día , un motor de fácil acceso y mantenimiento sencillo capaz de entretener al aficionado más adelantado son suma del enunciado .

Ver un coche de estos por la carretera es difícil como os comenté antes pero más difícil es verlo un día de lluvia subiendo sin miedo por las preciosas carreteras de la sierra madrileña tomando curvas a derecha e izquierda como pez en el agua , salvando sus fuertes desniveles y mostrando la eficacia de sus frenos y es que el que dijo que los clásicos descapotables son para el verano , solo puedo decirle «que las bicicletas son para el verano y los clásicos para disfrutarlos » y que al mal tiempo pues una manta cuadros jejejej .

Os animo a que disfrutéis de vuestros clásicos , da igual frío o calor pensad que cuando eran actuales la lluvia ya existía y el sol también y creedme si os digo que es un acto de generosidad el sacarlos pues no sólo lo disfrutan conductor y acompañante también lo hace el que lo ve , ni os imagináis la de coches que bajaban su velocidad para ponerse a su lado, curiosear y sonreír con cariño .

Un saludo y dulces rodadas 

P.D. Antonio , Amigo , Gracias