Renault 12 TS : simetría perfecta

Cada momento histórico , se ve reflejado en sus corrientes artísticas y el diseño .

Bien es sabido que si en los 50 ó 60 , las líneas redondeas invadían el orbe , en los 70 y ochenta eran las rectas interminables que se seguían pa Rea lelas hasta cruzarse en el infinito , después , estaban los incomprendidos ,adelantados a su tiempo que fuera de lo establecido imponían su concepto de belleza , transformándose en precursores y adelantados , o sencillamente , incomprendidos .

Nuestro auto es un poco así , una simetría perfecta que no sabes si viene o va pero que al detalle entiendes el ejercicio de diseño que hasta décadas después siguió gustando fuera de Europa ¿ quizás por su simpleza en el diseño o tal vez por la practicidad del conjunto ?sea como fuere , os presento al R12 Ts .

Nuestro protagonista es una Preciosa unidad de finales de los setenta , posiblemente de las últimas , su motor de 1.400 cc con potencia suficiente para mover el coche ( eso si sin pedir grandes puntas , 145 raspado ) es en baja , un divertimento para el que lo conduce , por su alegría y comodidad .

Como si del Commendatore Enzo Ferrari ,se tratase , Jorge López :piloto , mecánico y sin duda Amigo , me recibe en su casa , con sus gafas de sol y sentado en su silla mientras charla con el piloto Diego Blanco , de sus batallas automovilísticas de antaño , que sin perder de vista mi impuntualidad , de la cual le pido disculpas , me mira con gesto cariñoso después de echarme el tan merecido rapapolvos .

Una vez limadas las asperezas del caprichoso Cronos, toca coger los mandos del precioso R12 , puesto de gala para la ocasión .

Esta vez tengo la responsabilidad de llevar de copiloto a Jorge con lo que supone llevar a un experimentado piloto de carreras en el asiento del acompañante y como si del examinador del examen del práctico , un pequeño hormigueo recorre mi tripa : me pongo los espejos , cinturón , posición correcta del asiento y manos bien cogidas al volante , medio giro de llave y primera engranada , luego segunda y poco a poco vamos cogiendo confianza , entonces es cuando dejo caer el pie un poco más fuerte sobre el acelerador y empieza la diversión .

Divertido y cómodo de conducir un poco lejos las marchas pero pese al reposacabezas casi inexistente , el confortable asiento invita a viajes largos .

Menos de 100.000km reales y un motor bien mantenido .

Un volante agradable y unos mandos que no me resultan incómodos .

Dentro la sensación no es agobiante , como en otros clásicos de la época y excepto la tapicería ( ese terciopelo ….) el interior está bastante bien resuelto.

Una vez elegida la localización para las fotos , no puedo evitar sentarme detrás , su apoyabrazos central resulta cómodo y mi algo más de metro ochenta va sin dificultades en las plazas traseras , ni si quiera me doy en el techo .

Un maletero que sorprende y mucho , es grandísimo y un vano motor que deja ver de todo , ah , y mi querido bote de melocotones de Calanda por vaso de expansión .( me marcó mucho la primera vez que vi esto en mi viejo R5 y que tantas risas nos sacó a mi hermano Juanjose y a mi y como si de una señal se tratase , cada vez que veo uno me acerco de esos momentos en familia con el simpático R5)

Lo veía una vez y otra desde cualquier ángulo , ¡ es simétrico ! y después me daba cuenta del ejercicio de diseño del voladizo del pilar C y los pequeños escondites ( sea el caso de la guantera escondida en el centro del salpicadero )

Huequitos para dejar de todo en el salpicadero y un sistema de refrigeración básico pero funcional .

Un coche simpático que si bien de pequeño me horrorizaba en ese color pistacho del que recuerdo por el campo de Cartagena , hoy , con 43 primaveras a mis espaldas , y añorando los rizos de mi cabellera de mis tiempos de pantalón corto , reconozco que me gusta , es más hasta me produce una sensación de cariño de la que me atrevería de decir que no me importaría que en mi garaje soñado compartiese plaza con mi Furioso GTE.

En fin la percepción evoluciona , como nosotros nos hacemos mayores , se me olvidaba , y de regalo después de la prueba , Jorge me regaló un queso , imagino que así quedaba olvidado el tiempo que le hice esperar , y no me corrigió la conducción , eso es que no lo hice mal , así somos los caballeros del motor : nos damos la mano y nos regalamos quesos de Oviedo , ¡ que grande eres Jorge !

Un saludo y dulces rodadas .

P.D. Mil gracias Jorge, Fede y compañía por vuestro tiempo y generosidad

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