SEAT 131 : el regalo inesperado

Quizás esa sea la mejor manera de describir a nuestro protagonista y cuando terminéis de leer estas líneas , entenderéis el por qué .

Empieza un nuevo año y aunque alguno me tache de tardío , le daré la razón pero seguiré insistiendo en que empieza un nuevo Año . El que me conoce y conoce mi rutina lo entenderá , pero aunque tarde , siempre fiel a vosotros que me seguís animando a plasmar negro sobre blanco , las locas experiencias que narra este apasionado del motor .

La historia que nos trae este clásico tan popular para muchos de nosotros está llena de amor pero con mayúsculas , el Amor que Carlos y Hugo tienen a su padre : Don Carlos Ayala que ni cortos ni perezosos fueron capaces de recorrer media España hasta dar con esta unidad y a modo de regalo , sorprender a su padre.

La Luz de enero empieza a caer y el astro rey pronto dejará su protagonismo a la luna . La Luz del atardecer , se mezcla con las fotos y el » efecto perla » de las pelis de los setenta , se refleja en pleno siglo XXI.

Con el respeto de saber el valor sentimental que tiene el coche , cojo las llaves que su dueño me cede , para por un momento volver al pasado e intentar que , por unos minutos soñéis .

Empezamos la prueba : Hugo , hijo del dueño , en un acto de confianza y generosidad ,me cede por un momento la responsabilidad de los mandos del 1430 ,yo sin dudar asumo mi deber y con la seguridad necesaria y la ilusión de conducir un coche tan conocido , introduzco la llave en el bombín de arranque para dar medio giro y salir al lugar elegido para hacer las fotos y que el » verde Galicia » de su carrocería luzca como debiera , pues bien , empiezan los nervios , se empieza a calar y mi pulso empieza a acelerarse , segundo intento y se repite la historia , entonces , Hugo , se sonríe y me dice : no tengas miedo imagina que fuese tuyo y saca un poco el starter . Después de las risas , empieza la aventura.

Nos tenemos que poner en época , este es un coche de finales de los setenta , nuestra unidad concretamente es del 79 , y pocas son las concesiones al lujo ¿ pocas ? Su interior es luminoso , cómodo y bien acabado , el plástico , tan presente en la época se combina con unos asientos claros que aunque no muy cómodos para mí , reconozco lo bonito y señorial de su diseño .

La sensación es rara , por un lado , la posición de la palanca de cambios , una tapicería que en perfecto estado conservada , me choca con el volante de un radio y el cuadro setentero , donde el plástico y las formas cuadradas son el común denominador .

Lo primero que me llama la atención a simple vista son dos cosas : lo bien que aísla acústicamente el coche una vez cierras las puertas y estás en el interior y la guantera tan característica .

Se que estoy en un coche que para muchos es un icono de los setenta y ochenta , lo hemos conocido como taxi indestructible , coche oficial y ranchera popular dando apoyo en las vueltas ciclistas o como vehículo de asistencia y también que no se nos olvide , formando parte del parque móvil de los cuerpos de seguridad del estado .

Al volante es cómodo una vez que coge temperatura y no tienes que estar pendiente del starter . No tiene aire acondicionado ni dirección asistida , a penas radiocasete y antiniebla trastero .

Una vez dentro y conduciendo la sensación de visibilidad para el que conduce es real , quiero decir así como los pedales me resultan muy juntos incluso incómodos ( mido más de metro ochenta ) una vez dentro controlo bien el coche gracias a sus espejos retrovisores y parabrisas .

La información del salpicadero es justa y un reloj de » cuarzo » nos marca el tiempo de forma precisa y es que el acabado de nuestro 31 es el SúperMiriafiori .

Durante el paseo empiezo a reflexionar sobre el color del coche y me sonrió cuando cuarenta años después queremos innovar con los colores , esos si que eran colores llamativos .

Motor gasolina de 4 velocidades y algo más de 75 caballos mueven a la berlina sin prisa pero sin pausa .

Durante el paseo , me sorprendo de los pocos kilómetros que tiene el cuenta kilómetros : 68.000 , cosa que me resulta curioso hasta que Hugo me explicó lo del » curioso caso de los SEAT y los 70.000km » pero eso lo dejo para mí y los que conocen el curioso caso , jeje .

Ya casi a punto de terminar y durante la sesión de fotos , averiguo que el coche es un regalo a medida , pues es este en este color el que buscaban Carlos y él para sorprender a su padre y que desde hace cuatro años duerme entre algodones y manos de mecánico .

Imagino que estaréis pensando que me he olvidado de lo que os comenté en el enunciado del repor …. pues bien ,regalo inesperado por lo siguiente , tiempo atrás D. Carlos Ayala Fernandez , mecánico de SEAT desde principios de los sesenta hasta mediados de los ochenta , enfermó de cancer y tras su recuperación , sus hijos le regalaron el coche que él siempre quiso y que hoy con gusto disfruta junto con sus hijos y nietos

Un saludo y dulces rodadas .

P.D. Mil gracias Hugo y Carlos , que seguís con cariño los pasos de vuestro padre con el taller .

más info : Talleres Ayala Motor Sport , Numancia de la Sagra , 925515998

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Una respuesta a SEAT 131 : el regalo inesperado

  1. Manu dijo:

    Alfredo Landa conducía uno igual en un verde muy parecido en las verdes praderas 1979.

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