Uno de los modelos más longevos de la marca de la estrella es sin duda el clase G.
Desde finales de los setenta que empezó a tomar forma el proyecto hasta hoy , muy pocos han sido los cambios que ha sufrido este clásico moderno .
Su singular silueta fácilmente reconocible , los intermitentes sitiados encima de los arcos de rueda o una imponente estrella en la calandra central , son señas de identidad de este robusto todo terreno que bien vale para surcar las dunas o para disfrutar de una tarde de compras por las calles más chic de cualquier ciudad .
Lujoso hoy y robusto y fiable desde siempre .
Un coche que no deja indiferente y del cual sabes que , si amas el campo , disfrutarás como un niño .
Un clásico al que con 40 años todavía le queda mucho por vivir .
Tener la oportunidad de disfrutar con una de las primeras series del G ( nuestro protagonista es del año 82)es un auténtico privilegio que ha sido posible Gracias a la generosidad de Adrián su dueño y las manos de Motorkrash Toledo .
En más de una ocasión he dicho y muchos estaréis de acuerdo conmigo , que detrás de la loca idea de restaurar un clásico , hay un carácter emocional grande que impulsa acciones en ocasiones irracionales que si bien un enamorado del motor siempre entenderá , algo de eso tiene la restauración de este coche .
Más de 200 horas de restauración :un donante , pintura , chapa , motor , tapicería y buen hacer ,dan como resultado el coche que hoy podemos probar en su hábitat natural : el campo .
Quedar en Motorkrash , siempre es una sorpresa , pues mientras esperábamos que Juan Luis y David se desliasen de las responsabilidades laborales para regalarnos su tiempo , el equipo del taller trabajaba en el recién llegado Austin Healey , ¿ quién sabe quizá pronto protagonista del blog ? bueno para eso tocará esperar todavía .
Marcadas las pautas del trabajo , podíamos poner rumbo en el Mercedes y disfrutar off road del que fue utilizado como vehículo militar .
La lluvia dejó paso al sol Toledano y un campo verde lleno de cereal era el mejor fondo para destacar a nuestro protagonista .
Cómodo , sencillo y sobrio , un gran volante que me resulta familiar y pocos Gadchets , apenas una radio y un techo solar en el techo duro .
En la carretera resulta cómodo , es alto espacioso , al ser la versión corta , es fácilmente maniobrable y tanto las plazas traseras como las delanteras junto al maletero lo hacen fácilmente usable para el día a día .
No es un deportivo , eso está claro y su motor diésel de cinco cilindros , rinde algo menos de 90 cv pero la diversión empieza donde termina el asfalto .
Una caja de cambios con su reductoras y una altura considerable son suficiente para mover este tanque germano .
Sin miedo a vadear un río o subir una pendiente ,el Mercedes se porta como un auténtico valiente .
Poco teme al Toyota que nos sigue con toda su tecnología .
Este es un coche de los de antes donde la obsolescencia planificada , es una pegatina en el parabrisas .
Campo , tierra , agua , y yo ,sin parar de disfrutar dando saltos y riendo como un niño.
Toca la primera parada para estirar las piernas y sentir la primavera ; el tomillo y el Romero se juntan con el verde cereal y una pudorosa amapola intenta presumir de rojo ante el burdeos de nuestro coche . Descubro entonces lo práctico del auto ; su portón trasero ideal para sentarse y disfrutar del campo , lejos del ruido y con la sola sensación del paso del tiempo con la sombra que de marca la silueta del coche .
El ejercicio de observación plena y relax , estaba muy bien pero ahh , soy hombre de acción y necesitaba más kilómetros de aventura .
De camino por los caminos , llegamos a : El Casar de la Inesa , un complejo rural maravilloso donde José nos abre las puertas y tomamos aire en tan precisa localización .
El tiempo apremia y las responsabilidades laborales hacen que sea el reloj el que marque la pauta del tiempo , toca regresar al taller y perfilar el coche .
El paisaje verde y el olor a campo , el tiempo marcado por la sombra , deja paso al tictac del cuarzo y al asfalto .
Toca girar la llave y devolverla al llavero , cerrar las puertas y desear que su dueño disfrute como nosotros del trabajo que con cariño ha hecho el equipo del taller .
Un gran clásico al que sin duda , después de esta restauración , todavía le queda mucho por vivir .
Un saludo y dulces rodadas .
P.D. Gracias al equipo de Motorkrash por compartir con nosotros esta sana locura.
Agradecimientos sin duda al que hoy estará disfrutando de su genial clásico , su dueño Adrián y a la amabilidad de José del Casar de la Inesa