Fue en el año 1963 cuando en el salón de Frankfurt, se presento uno de los mejores clásicos en el mundo del motor.
Se trataba del modelo con el que la marca germana de Stuttgart, quería sustituir al 356. Apareció con el nombre de Porsche 901, pero antes de que el modelo comenzara a fabricarse se encontró un pequeño altercado y tuvo que cambiar a 911, ya que Peugeot reivindicó para sus coches la propiedad del nombre de 3 dígitos con un cero central.

Preocupados por la filosofía actual de Porsche por equilibrar peso y potencia, la marca alemana se baso en la tecnología para ahorrar peso que ya había desarrollado en el famoso Volkswagen escarabajo.
En esencia se buscaba un deportivo 2+2 ligero y compacto, con un motor de seis cilindros.

Se trataba, por encima de cualquier otra cosa, lograr que los seis cilindros hicieran olvidar la teoría de que un Porsche era poco más que un Volkswagen mejorado.

El capó delantero ofrecía más espacio para el equipaje y menor resistencia al avance.

Con un motor de seis cilindros horizontalmente opuestos refrigerados por aire, con 1991cc y que desarrollaba una potencia de 130 cv, se convertiría en una de las leyendas automovilísticas de todos los tiempos.

Un abrazo fuerte y disfrutad de la carretera.